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Epílogo: La luz detrás del cristal: Donde termina el camino… y comienza otro

Para los que prefieren audio en youtube.com Volví a Montreal un 6 de junio de 2006. El frío no era nuevo, ni el idioma ni las calles que parecían arrastrarse hasta el horizonte. Había caminado por ellas antes, cuando la urgencia era escapar, cuando cada paso se sentía como una despedida. Pero esta vez era distinto. Esta vez no había sombras persiguiéndome, no había un pasado que me empujara. Llegué con intención. Llegué para recoger los pedazos que el tiempo y la distancia habían dejado esparcidos, para reunir lo que la vida, en su crueldad y su belleza, había separado. A los 54 años, sentía el peso del tiempo, aunque también su tregua. Ya no me empujaba, parecía acompañarme, como si hubiera aprendido a andar a mi ritmo. Había envejecido desde la última vez, sí, pero ahora las cicatrices en el alma eran menos ásperas, sus bordes pulidos por los años. La tranquilidad había llegado, y en el silencio encontraba respuestas que antes no sabía escuchar. Me alojé en la casa de Manuel González...

Capitulo 28 - "El Camino de Regreso: La decisión que cambiaría nuestro rumbo" (41)

Escuche el audio en youtube.com “Toda partida comienza mucho antes de dar el primer paso; ocurre primero dentro del pecho, donde las raíces se quiebran y los caminos que parecían lejanos empiezan a acercarse como si fueran viejos conocidos". Es en ese instante, en la intimidad de la ruptura silenciosa, donde el peso del tiempo vivido se entrelaza con un cosquilleo de anticipación. Cada pequeña despedida toma forma con una claridad inesperada, mientras los ecos de duda se disuelven, dejando espacio para el murmullo tenue de algo nuevo. Los caminos que antes eran apenas sombras indefinidas empiezan a revelarse, reclamando su lugar en el paisaje que comienza a dibujarse ante mí. Decidir irse no solo implica avanzar, sino también asumir la pérdida, aceptarla y aprender a llevarla como parte del viaje y de lo que uno es. Los días avanzaban con un peso invisible, pero palpable, como una marea lenta que impregna cada rincón de la vida cotidiana. Los vientos de cambio, sutiles pero persis...